El impacto de usar efectivo para administrar su dinero

El uso de dinero en efectivo para administrar su dinero puede sonar sencillo, pero podría terminar costándole más dinero a largo plazo.

Las personas “no-bancarizadas”, aquellos que no tienen ningún tipo de cuenta bancaria, tienden a manejar sus finanzas exclusivamente en efectivo y dependen de servicios financieros alternativos tales como los “centros de cambio de cheques”. Según una encuesta realizada por la FDIC en el 2019, el 5,4% de los hogares en los Estados Unidos no están bancarizados, lo cual equivale a 7,1 millones de hogares1. Un 17,2% adicional de hogares estadounidenses (21,3 millones) cuenta con servicios bancarios limitados (una cuenta corriente o de ahorros) pero aún depende de costosos servicios financieros alternativos.

Las comunidades de color se ven afectadas de manera desproporcionada por el hecho de no contar con servicios bancarios. De hecho, el estudio de la FDIC antes mencionado encontró que el 13,8% de los hogares afroamericanos y el 12,2% de los hogares hispanos no tienen servicios bancarios. Esto se compara con solo el 2,5% de hogares caucásicos.

Además de ser inconveniente y consumir mucho tiempo (¡piense en todas las horas que pasa yendo a un centro de cambio de cheques y pagando sus facturas en persona, con efectivo!), No estar bancarizado es costoso. En 2019, los estadounidenses no bancarizados y sub-bancarizados gastaron cerca de $ 189 mil millones en cargos e intereses por el uso de servicios financieros alternativos.2

Salir de la costosa economía de uso de dinero efectivo, puede ayudar a las personas y familias a participar y prosperar en la economía actual. Los pagos electrónicos proporcionan un mayor poder adquisitivo, conveniencia, seguridad y mejor manejo financiero. Un ejemplo de pago electrónico es el uso de tarjetas prepagadas recargables. Las tarjetas prepagadas no requieren tener una cuenta bancaria ni un historial crediticio. Los fondos se cargan y recargan a una tarjeta prepagada. Los beneficios de las tarjetas prepagas incluyen:

Ahorro de tiempo y dinero. Las tarjetas de pago ahorran tiempo y dinero al evitar tener que ir a un centro de cambio de cheques y pagar las tarifas aplicadas al cambio de cheques. Con las tarjetas prepagadas, el dinero puede ser depositado electrónicamente a la cuenta de su tarjetas, eliminando por completo la necesidad de acudir a centros de cambio de cheques y de pagar los cargos correspondientes.

Realice operaciones bancarias con su tarjeta. Use una tarjeta prepagada para pagar facturas en línea o por teléfono, y ahorre el tiempo y costo de los giros postales. Muchas tarjetas vienen con servicios para el mejor manejo de su dinero, y para ayudarle con su presupuesto y seguimiento de sus gastos. Estas herramientas pueden ser de gran ayuda para ceñirse a su presupuesto. El uso de efectivo, por el contrario, puede dificultar el mantenimiento de registros, el seguimiento de los gastos y el mantenimiento de un presupuesto.

Siéntase más seguro. Las tarjetas de pago reducen los riesgos a su seguridad personal, tales como los relaciones a la obtención y el transporte de grandes cantidades de efectivo. A diferencia del efectivo, las tarjetas perdidas o robadas se pueden reemplazar fácilmente.

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1 Federal Deposit Insurance Company (FDIC). (2019). Estudio Nacional del FDIC sobre Hogares no-bancarizados y sub-bancarizados.

2 Red de Salud Financiera. (2019). “Tamaño del Mercado Financieramente desatendido”.